Cualquier cosa que haga latir el corazón de tus hijos con más rapidez y les haga respirar más fuerte cuenta como “jugar con ganas”. Puede ser tan sencillo como bailar en la sala o saltar la cuerda en el parque. ¡La clave está en divertirse!
- Enseña dando el ejemplo. Mantente activo y asegúrate de que tus hijos también lo estén. Lleva a la familia a caminar, a pasear en bicicleta o a jugar en el parque.
- Pon atención. Tus hijos deben estar activos un total de 60 minutos todos los días jugando con ganas.
- Encuéntrales actividades bajo techo que sean seguras. Los niños pueden bailar, jugar con aros hula o hacer ejercicio con videos para niños o con su música favorita.
- Busca recursos en tu comunidad. Muchas comunidades ofrecen programas para después de la escuela y durante el verano que son de bajo costo o gratuitos. Pregunta en la escuela más cercana a tu casa, el Departamento de Parques y Recreación, la YMCA, Boys and Girls Club, la iglesia o en otros grupos comunitarios.
- Únete a tus vecinos. Tomen turnos caminando de ida y vuelta con sus hijos a la escuela y cuidándolos cuando jueguen afuera.